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Depresión y distimia
La Depresión
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Definición
La depresión es un estado en el que existe la convicción de que la existencia, la sociedad y la persona misma tienen una irremediable naturaleza negativa. Esta creencia se proyecta al futuro, el que se considera incontrolable. La impotencia lleva a frustración, tristeza y anergia, con el consecuente aislamiento e inacción, típicos de la depresión. Si la depresión se profundiza, podría iniciarse una cadena de pensamientos suicidas.
El mito de Sísifo
Albert Camus fue un escritor y filósofo francés que planteó la aceptación del absurdo como salida filosófica a la contradicción de la vida y el suicidio. En su obra titulada El mito de Sísifo nos recuerda el castigo al que fue sometido el héroe de la mitología griega Sísifo, quien tenía que rodar una pesada roca a través de una pendiente solo para que, al llegar a la cúspide, la roca se precipite y de nuevo la tenga que cargar, interminablemente. Camus hace una analogía de la sinrazón de la tarea de Sísifo con la vida de las personas, en quienes, muchas veces, se despierta una conciencia de absurdo en el sentido y objetivo de la vida. Así mismo, nos plantea lo difícil que resulta vivir, un camino en pendiente, duro y que demanda esfuerzo.
Camus concluye que la única manera de sobrevivir al absurdo es su aceptación. “Hay que imaginarse a Sísifo dichoso”, “no hay destino que no se venza con el desprecio”, escribe en su obra.
La importancia de la primera infancia en el desarrollo emocional de la persona
El desarrollo de la conciencia se da en etapas sucesivas desde la etapa prenatal y lo primero en organizarse es el aspecto emocional de la misma. Esta es la esfera más primitiva de la personalidad, no tiene lenguaje verbal, es intuitiva, reactiva, egocéntrica, irracional y muy potente. Su desarrollo queda establecido cuando se adquiere el habla, cerca de los 3 años de vida, sentando la base de los sentimientos.
El hambre, la sed, el frío, la falta de atención, la voz alterada de los padres, el tacto tosco, la agresión física, el maltrato, etcétera, harán que el infante aprenda emocionalmente que su entorno es negativo, que su llanto no es escuchado y asimilará que está solo. Este aprendizaje está en un plano irracional y no verbal, de nivel inconsciente, pero ascenderá en años posteriores a la conciencia y se plasmará en experiencias de tristeza y desamparo.
La saciedad, el calor, la rápida atención y compañía de los padres, la voz amable, las caricias, el juego y el efecto harán que el infante aprenda emocionalmente que su entorno es positivo, que sus demandas son atendidas y aprenderá que es buena la compañía. De la misma forma, este aprendizaje quedará sistematizado de forma irracional y no verbal, pero años posteriores se traducirá en sentimientos concientes positivos, en optimismo y esperanza.
Cabe resaltar que, además de los aspectos sociales del desarrollo de las emociones, existen muchos aspectos genéticos con los que la persona nace y que también son un marcador de su personalidad emocional.
Síntomas de la depresión
Los síntomas de la depresión se enmarcan en el contexto de la frustración por conseguir una existencia positiva. Algunos autores lo explican a través del fenómeno de indefensión aprendida, pero llevado a todos o casi todos los aspectos de la vida de la persona. Así, los síntomas más importantes de la depresión, sin considerar un trastorno mixto asociado a ansiedad, son los siguientes:
Inactividad
El paciente con depresión pierde gradualmente la iniciativa y considera que no tiene sentido emprender planes o continuar los que estaba haciendo. Deja de acudir a su empleo o a sus estudios y poco a poco deja de salir a la calle. A pesar de las recomendaciones de sus familiares, amigos o compañeros de trabajo, deja de lado sus responsabilidades y deja de contactar a las demás personas, se va aislando, y finalmente se queda solo en su habitación y en su cama, sin interés por realizar ninguna actividad. Esta inactividad y aislamiento es real, no es una forma de llamar la atención: el paciente desea estar solo y sin que nadie lo vaya a ver.
Anergia (fatiga)
El paciente se siente falto de fuerzas a pesar de descansar bien. No puede cargar los mismos objetos como lo hacía antes y le cuesta levantarse de superficies bajas. Si tiene que abrir una botella con tapa rosca, le cuesta más trabajo que antes. Siente que la cabeza le pesa, que los hombros le pesan. Si se tropieza mientras camina entonces se derrumba rápidamente y no suele tener energías para protegerse de la caída. En general, el paciente percibe una global falta de energías.
Hipersomnia
La mayor parte del día, el paciente con depresión siente sueño. Es probable que en ningún momento se sienta totalmente despierto. A pesar de la somnolencia, existen sobresaltos al dormir y muchas veces el sueño se percibe como superficial. En otras ocasiones, por el contrario, se siente como si el sueño hubiera sido sumamente profundo y hay la sensación de aturdimiento vespertino.
Tristeza
La sensación de desolación y tristeza es parte de la depresión y está ligada a la idea de que la vida no es positiva. La tristeza suele ser arraigada y se presenta incluso en momentos donde debería estar presente la alegría, como si la tristeza fuera la única respuesta emocional de la persona. Es uno de los principales marcadores de sufrimiento en la depresión y enmarca las distorsiones cognitivas y las ideas de autoagresión y de suicidio, pues podría convertirse en el motivo que lleve al paciente a tomar decisiones y actos contra su propia salud o vida.
Hiporexia
Es frecuente que el apetito disminuya en la depresión, independientemente de la anhedonia. Se acompaña de disminución del peso y estado demacrado del paciente. Además de no tener apetito, el paciente no desea comer, lo que dificulta más su estado nutricional.
Anhedonia
Como parte de su estado de frustración, tristeza, anergia y aislamiento, el paciente con depresión suele perder paulatinamente el gusto que le ocasionaban las actividades que previamente le producían gran placer. Esto contribuye a que no dirija su atención a realizar actividades y, por lo tanto, a que se focalice en su propio malestar y a que profundice la rumiación de sus ideas depresivas.
Somatizaciones
Es frecuente que, como parte del estado de depresión, los pacientes presenten una serie de síntomas físicos, que pueden ser muy amplios en cada paciente. Entre los más frecuentes tenemos la cefalea, el mareo, el dolor de espalda, la sensación de aturdimiento, molestias digestivas, molestias urinarias, etcétera. Debido a que es probable que la persona deprimida tenga otras complicaciones médicas como consecuencia de la inactividad y la malnutrición entonces siempre se debe estar alerta a la naturaleza psíquica o física de las quejas somáticas del paciente.
Distorsiones cognitivas
En la depresión pueden existir muchas distorsiones cognitivas, pero las más importantes y frecuentes son las siguientes:
Atención selectiva
Se interpreta la realidad solo considerando aspectos que confirman al sistema de creencias. En la depresión, solo se tomará en cuenta lo negativo que le pasa a la persona, subestimando los aspectos positivos o, incluso, interpretando que las cosas buenas terminarán perdiéndose o convirtiéndose en negativas.
Personalización
El paciente se atribuye a sí mismo hechos desafortunados que en realidad son debidos a situaciones externas, de tal manera que desarrolla un sentimiento de culpa desproporcionado y constante. Por ejemplo, si el padre de un paciente con depresión se enferma de diabetes, entonces el paciente pensará que la enfermedad fue ocasionada por el estrés que le ocasionó a su padre por padecer depresión.
Dramatización y fatalismo
Se da por hecho que, en el futuro, la situación será terrible, peor a la actual, y que no es posible cambiarla.
Generalización
Se produce cuando se asume que, debido a que se produjo un evento desfavorable, todos los demás eventos serán desfavorables.
Pensamiento dicotómico
Hay dificultad para aceptar puntos intermedios en la interpretación de la realidad y todo se acepta como bueno o malo, restando versatilidad a la conducta de la persona y facilitando su frustración.
Ideación suicida
Si bien la depresión no es la enfermedad con la mayor tasa de suicidios, siempre se debe estar alerta frente a la posibilidad de que el paciente comience a tener ideaciones suicidas para tratarlas a tiempo. Realizar un acto suicida implica tener la iniciativa de hacerlo e implica una planificación y una ejecución. Debido a que en la depresión existen factores de falta de iniciativa, anergia e inactividad, las ideaciones suicidas suelen quedarse en el plano de las ideas y no se concretan en actos suicidas. El riesgo de que se llegue a culminar un suicidio es mayor en dos contextos. El primero de ellos se da cuando la tristeza del paciente es demasiado grande y el mismo sufrimiento se convierte en una motivación para cometer el acto suicida y el segundo contexto se presenta cuando se inicia un tratamiento con fármacos antidepresivos, pues, paradójicamente, cuando el paciente se siente mejor y se alivia su anergia y falta de iniciativa, puede tener la suficiente voluntad para llevar a cabo el suicidio.
Implicancia de la sociedad en la depresión
La sociedad, durante mucho tiempo, a estigmatizado a los pacientes con depresión. No se les consideraba pacientes con una enfermedad sino sujetos sin deseos de salir adelante y se creía que dependía de ellos mismos para levantarse y cambiar de actitud. Solo recientemente, con el mayor conocimiento de la mente humana, se está comprendiendo y se está generalizando el concepto de que la depresión es una enfermedad mental que tiene sólidas bases neurofisiológicas y que requiere de un manejo farmacológico y psicoterapéutico. Que es una enfermedad muchas veces crónica y que puede llegar a ser discapacitante e incluso mortal. Sin embargo, ese conocimiento todavía no se ve totalmente reflejado a nivel laboral ya que no se suele considerar a la depresión como una justificación para un descanso médico, como sí se le considera a una gastritis o un ataque de migraña; ni se incluye a la depresión en la cobertura de muchos seguros privados de salud.
Las demandas que nos impone la sociedad, respecto el status quo y las crecientes exigencias de competitividad laboral, hacen que sea más fácil la aparición de frustración en las personas, quienes tienen que esforzarse cada vez más para lograr objetivos cada vez más difíciles. Así mismo, las situaciones de placer se hacen cada vez más complejas y tecnológicas y, por lo tanto, difíciles de conseguir, lo que puede llevar a una pseudo anhedonia. La educación de las personas, desde el nivel escolar y familiar, parece ser la respuesta adecuada para evitar la aparición de sesgos cognitivos que, en el futuro, pudieran facilitar estados de depresión.
Conclusiones para el paciente:
1. La depresión es una enfermedad mental en la que existe una involuntaria mirada negativa de la existencia y del futuro, lo que conduce a una serie de síntomas emocionales, cognitivos y físicos.
2. La primera infancia juega un papel fundamental en el desarrollo emocional de la persona.
3. La tristeza es uno de los síntomas más importantes de la depresión, pero está lejos de ser el único. Entre los demás síntomas de la depresión tenemos a la inactividad, anergia, hipersomnia, hiporexia, anhedonia, entre otros.
4. Las distorsiones cognitivas son muy frecuentes en la depresión. Una de las más importantes es la atención selectiva, en la cual el paciente solo es capaz de percibir los aspectos negativos de su vida, pues estos confirman su idea madre. No tiene capacidad de percatarse de los aspectos positivos.
5. La ideación suicida es una complicación de la depresión a la que siempre se debe estar alerta, aunque no es la enfermedad mental con mayor tasa de suicidios.
6. La sociedad todavía está en proceso de aceptar a la depresión como una enfermedad de la misma categoría de las demás. Existen limitantes laborales, administrativas y de corbertura de seguros que dejan evidencia que la depresión aún presenta tintes de estigmatización.
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