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Electromiografía

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¿Qué es la electromiografía?

La electromiografía es un examen que estudia al sistema nervioso periférico, a la unión neuromuscular y al músculo. Se le llama sistema nervioso periférico a los nervios desde su nacimiento en las raíces nerviosas de la médula espinal hasta las terminaciones nerviosas de la piel y los músculos.

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Partes del estudio de electromiografía

 

El examen de electromiografía generalmente tiene dos partes. La primera se llama estudio de conducción nerviosa y la segunda parte se llama estudio de aguja.

 

Estudio de conducción nerviosa

En el estudio de conducción nerviosa se aplican estímulos eléctricos suaves sobre algunos nervios con la finalidad de detectar su respuesta a través de unos electrodos de superficie que son adosados a la piel del paciente. El neurólogo que realiza el examen debe tener en cuenta la distancia que está presente entre el estímulo y el electrodo receptor para poder calcular la velocidad de conducción nerviosa y los nervios que se exploran durante esta parte del examen dependerán de la sospecha clínica que se tenga del diagnóstico, por lo que no siempre se evalúan los mismos nervios en todos los pacientes.

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Estudio de aguja

Durante el estudio de aguja se inserta un electrodo en forma de aguja en el interior de algunos músculos con la finalidad de evaluar su actividad. En ese sentido, durante esta exploración, se evalúa el músculo en tres momentos. En primer lugar, se evalúa la actividad de inserción, que se refiere a la actividad muscular cuando se inserta la aguja. En segundo lugar, se evalúa la actividad muscular en el reposo, es decir, con el músculo relajado. Normalmente en esta etapa no debe existir actividad muscular y en el registro debe haber silencio electromiográfico. Finalmente se evalúa al músculo durante la activación muscular. Para ello se le pide al paciente que contraiga el músculo mientras tiene el electrodo de aguja insertado. Cuando no existen enfermedades nerviosas ni musculares se produce un patrón de interferencia completo en el registro electromiográfico durante la activación muscular.

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Indicaciones de electromiografía

 

La electromiografía debe ser siempre interpretada en el contexto clínico del paciente para que pueda tener validez. Es decir, debe existir un correlato entre los síntomas del paciente y los hallazgos electromiográficos. Es por ello, también, que el neurólogo orientará el examen a los que sospecha según su evaluación clínica previa. Las enfermedades que pueden ser diagnosticadas con este método, entre otras, son las siguientes: síndrome del túnel del carpo, neuropatías traumáticas, radiculopatías, polineuropatía diabética, síndrome del túnel del tarso, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), miopatías, síndrome de Guillain Barré, parálisis facial (parálisis de Bell), neuropatías sensitivas, neuropatía motora multifocal, plexopatías, miotonías, enfermedades del asta anterior, miastenia gravis, entre otras.

 

Por el contrario, no debería realizarse este estudio en situaciones en los que la sospecha clínica no esté relacionada a enfermedades que comprometan al sistema nervioso periférico, a la unión neuromuscular o al músculo. Tales circunstancias son, por ejemplo, la enfermedad de Parkinson, la cefalea, la epilepsia, la esclerosis múltiple, etcétera. En estos casos no se justifica realizar este estudio.

 

 

Contraindicaciones de electromiografía ¿cuándo no puedo realizarme este estudio?

 

La electromiografía no utiliza rayos X ni insumos químicos y el estímulo eléctrico es inocuo para el feto por lo que no hay riesgo de teratogenicidad y, por ende, no hay problema en realizar el examen a gestantes. Asimismo, también puede ser realizada en niños. Sin embargo, se debe seleccionar bien su indicación en este grupo etario puesto que el examen puede resultar incómodo en la edad pediátrica. Tampoco existe contraindicación en aquellas personas que tienen prótesis metálicas óseas u otras ortesis en el cuerpo. Es decir, no habría problema si la persona tiene tornillos o clavos óseos. Por otro lado, si bien la presencia de várices en los miembros inferiores no es una contraindicación para el estudio de electromiografía, hay que ser cauto al insertar la aguja; de lo contrario podríamos pinchar las varices y generar sangrado.

 

Existen tres situaciones en las que no debería realizarse el examen por el riesgo de complicaciones:

1. Pacientes portadores de marcapasos. En las personas que tienen marcapasos existe un riesgo de que el estímulo eléctrico que se emite durante el estudio de conducción nerviosa pueda generarle algún daño al marcapaso por lo que debería evitarse esta parte del estudio en estos pacientes.

2. Pacientes que usan anticoagulantes. Si el paciente es usuario de anticoagulantes entonces podría ocurrir un sangrado significativo con la inserción de la aguja en el músculo durante el estudio de aguja. Este riesgo es mayor si consideramos que la inserción de la aguja se realiza en varios músculos, lo que multiplica las posibilidades de sangrado. Por este motivo, cuando un paciente que usa anticoagulantes va a realizarse una electromiografía, debe previamente suspender los medicamentos anticoagulantes, bajo la aprobación de su médico tratante.

3. Si el paciente presenta una infección en la piel (celulitis) entonces no se le puede pinchar con el electrodo de aguja en la zona infectada por el riesgo de diseminación de la infección. En estos casos primero hay que tratar la infección para poder realizar la electromiografía. Algo parecido sucede cuando hay edema en la extremidad que se va a estudiar. En estos casos el riesgo de complicaciones es más bajo, pero hay que considerar que el edema puede cambiar los resultados del examen. Por este motivo es preferible realizar la electromiografía cuando el edema haya disminuido.

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¿La electromiografía es dolorosa?

 

Tanto el estudio de conducción nerviosa como el estudio de aguja se realizan con estímulos que no son agradables. Cabe resaltar, sin embargo, que el examen es bien tolerado por el paciente siempre que se entienda que tanto el estímulo eléctrico como la inserción de la aguja no son peligrosos y, por lo tanto, no le van a generar daño al paciente. Como se ha comentado antes esto puede no ser comprendido en la edad pediátrica, por lo que un niño podría tornarse muy alerta con este examen. Debido a que el calibre del electrodo de aguja es muy fino (más fino que cualquier aguja de anestesia) y debido a que la inserción de la aguja se realice en varios músculos, no se utilizan anestesia durante la electromiografía (es innecesario). El impulso eléctrico sobre el nervio inevitablemente genera la contracción del músculo, por lo que el paciente notará un salto en la extremidad cada vez que se estimula el nervio. Si bien este salto es visible, no es doloroso.

Preparación para el examen

En general no hay que tener una preparación previa antes de realizarse una electromiografía. No es necesario estar en ayunas y tampoco es necesario depilar la piel que se va a estudiar. Podría ser recomendable no echarse cremas puesto que podría interferir con el estudio de conducción nerviosa, pero esta indicación es relativa ya que podría retirarse durante el examen.

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