Acerca de
Hipertensión Arterial
La hipertensión arterial es la enfermedad cardiovascular más frecuente y el factor de riesgo más importante para complicaciones vasculares cerebrales (infarto cerebral) y coronarias (infarto cardiaco). Es responsable indirecto de la mayor cantidad de muertes en el mundo y su importancia radica en que suele ser asintomática y que su control adecuado puede cambiar radicalmente sus complicaciones a largo plazo.
¿Qué es la hipertensión arterial?
La hipertensión arterial es una condición en la que la presión de la sangre en las arterias se mantiene por encima de lo normal de manera permanente. Esta elevada presión, a medida que pasan los años, daña progresivamente el revestimiento de las arterias (endotelio) lo que favorece el acúmulo de placas de lípidos y otros fenómenos que disminuyen el calibre arterial. La hipertensión arterial es una condición crónica que, una vez que se adquiere, se mantiene a lo largo de la vida.
La presión arterial se mide con el tensiómetro, el que puede colocarse alrededor del brazo o la muñeca. El tensiómetro transmite presión en la extremidad hasta igualar la presión sanguínea, interrumpiendo el paso de la sangre. De esta forma, se puede conocer el valor de la presión arterial, la cual tiene dos componentes: la presión arterial sistólica (o máxima) que tiene relación con la contracción del ventrículo del corazón, y presión arterial diastólica (o mínima) que se produce cuando el corazón está en reposo y el flujo sanguíneo se mantiene por la elasticidad de la arteria aorta. La presión arterial considerada normal no debe exceder 140/90 mmHg.
Síntomas de la hipertensión arterial
Una de las características más importantes y peligrosas de la hipertensión arterial es que no da síntomas en la inmensa mayoría de los pacientes. Incluso con niveles de presión arterial muy elevados, por encima de 200/120 mmHg, es habitual que el paciente no tenga malestar. Esto hace que las personas con hipertensión arterial no sean conscientes de su problema de salud. Por el contrario, es muy arraigada la idea colectiva y equivocada que la hipertensión produce una serie de molestias como dolor de cabeza, mareo, zumbido de oídos, entre otros, cuando, en realidad, no existe tal relación. Debido a que la hipertensión arterial no suele dar síntomas y a que puede relacionarse con complicaciones potencialmente graves es que se le suele llamar “el asesino silencioso”.
Complicaciones de la hipertensión arterial
La hipertensión arterial no controlada puede producir complicaciones a nivel vascular en diferentes órganos. Entre las complicaciones más importantes tenemos:
-
Infarto de miocardio: El infarto de miocardio se produce cuando las arterias coronarias se obstruyen. Este bloqueo al paso de la sangre suele conducir a la muerte de las células cardiacas que dependen de dicho territorio arterial.
-
Accidente cerebrovascular: Los accidentes cerebrovasculares pueden ser hemorrágicos o isquémicos. La hipertensión arterial eleva el riesgo de sufrir ambos tipos de accidente cerebrovascular. Es importante resaltar que, actualmente, los accidentes cerebrovasculares son la causa más importante de discapacidad en el mundo.
-
Insuficiencia renal: Por diferentes mecanismos, la presión arterial persistentemente elevada daña la función renal, lo que podría, incluso, producir insuficiencia renal de grado avanzado que obligaría a la persona a necesitar diálisis.
-
Enfermedad arterial periférica: En estos casos, las arterias obstruidas son las arterias de las extremidades, principalmente de los miembros inferiores. Los pacientes con enfermedad arterial periférica tienen frialdad marcada y dolor en los pies, calambres, y cuando la insuficiencia arterial llega a puntos críticos, comienzan a aparecer necrosis en los dedos del pie del lado afectado.
-
Retinopatía hipertensiva: La retina puede verse afectada con la formación de neovasos y hemorragias cuando la presión arterial no se mantiene en rangos normales. Esto puede alterar seriamente la capacidad visual del paciente.
Diagnóstico y monitoreo
El diagnóstico de hipertensión arterial implica una predisposición crónica a mantener elevada la presión arterial. Esto significa que, para su diagnóstico, se requiere más de una toma de la presión en condiciones en las que esta no se elevaría de forma fisiológica. Por ese motivo, se debe tomar la presión arterial luego de, por lo menos, 10 minutos de reposo y cuando el paciente no está sometido a estrés emocional, dolor u otro malestar físico. Si la presión arterial se mide sin cumplir estos requisitos entonces es esperable que esté elevada, pues debemos recordar que la presión arterial es reactiva a los estímulos estresantes, sin que ello significa enfermedad.
En ocasiones, la presión arterial se eleva solo cuando es medida por el médico (es la llamada hipertensión de bata blanca), lo que puede dificultar el diagnóstico. Para evitar este sesgo, se debe tomar la presión en el domicilio con tensiómetros digitales o debe ser tomada por familiares que sepan tomarla. Otras veces, la hipertensión arterial se presenta solo en momentos breves del día, requiriéndose monitoreos frecuentes de la presión para detectar su incremento. Esto puede conseguirse con el Monitoreo Ambulatorio de Presión Arterial (MAPA), para lo cual se coloca al paciente un medidor portátil, que hará medidas periódicas y automáticas durante el tiempo que se lleve el dispositivo instalado.
Tratamiento y manejo de la hipertensión arterial
El tratamiento de la hipertensión arterial suele ser de por vida y tiene dos ejes fundamentales: 1. Cambios del estilo de vida; y, 2. Tratamiento farmacológico.
Adoptar un estilo de vida saludable es esencial para mantener la presión arterial bajo control y prevenir la hipertensión. La actividad física aeróbica moderada de forma regular no solo contribuye a prevenir, sino también a manejar eficazmente la hipertensión arterial. Asimismo, evitar el tabaquismo es crucial, ya que el daño al endotelio causado por el consumo de tabaco incrementa el riesgo de complicaciones cardiovasculares asociadas a la hipertensión. Así como el tabaquismo, el consumo de alcohol debe evitarse por motivos similares. Por otro lado, aunque controversial, la dieta baja en sal sigue siendo recomendada en gran parte de los pacientes hipertensos. Finalmente, evitar el estrés es uno de los factores más importantes y relacionados a la hipertensión arterial. Si el paciente no logra controlar su nivel de estrés adecuadamente entonces será más complicado controlar su presión arterial.
En lo que respecta al tratamiento farmacológico, existe un abanico extenso y variado de medicamentos antihipertensivos que tienen la capacidad de disminuir la presión arterial y que se elegirán según las características de cada paciente. La mayoría de las veces, se consigue llevar la presión arterial hasta niveles normales con solo un medicamento antihipertensivo, aunque podrían combinarse.
El control regular de la presión arterial con el tensiómetro es de suma importancia para corroborar que estamos con la dosis correcta de los medicamentos. Se debe recordar que la presión sanguínea es variable, por lo que se debe medir regularmente en diferentes momentos del día.
Conclusiones para el paciente:
-
La hipertensión es la enfermedad cardiovascular más común y uno de los principales factores de riesgo para eventos graves como el infarto cerebral y el infarto cardiaco.
-
La hipertensión arterial se caracteriza por una presión arterial elevada de forma crónica, que afecta el revestimiento de las arterias (endotelio) y puede llevar al desarrollo de aterosclerosis.
-
Una de las principales amenazas de la hipertensión es que no presenta síntomas en la mayoría de los casos, incluso cuando los niveles de presión son peligrosamente altos.
-
Si no se controla, la hipertensión puede afectar varios órganos, llevando a complicaciones como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, enfermedad arterial periférica y retinopatía hipertensiva.
-
El diagnóstico de hipertensión requiere varias mediciones en condiciones controladas, ya que factores como el estrés pueden elevar temporalmente la presión.
-
El manejo de la hipertensión implica cambios en el estilo de vida, como actividad física regular, evitar el tabaquismo, controlar el consumo de sal y alcohol, y reducir el estrés. En muchos casos, también es necesario recurrir a medicamentos antihipertensivos, que deben ajustarse según las necesidades individuales del paciente.
Escrito por los profesionales de INM. Derechos reservados.
Nuestro trabajo
En el Instituto Neuro Metabólico estamos enfocados en brindar una atención de calidad. Nuestros profesionales tienen una alta capacidad técnica y compromiso, de tal manera que desde la atención en consultorio se garantiza un buen servicio.
Para agendar una cita puedes:
- Llamar a los números que se muestran arriban.
- Llamar o escribir a nuestro WhatsApp
- Dejarnos un mensaje en nuestro Formulario