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Trastornos del aprendizaje
Dislexia
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Definición
La dislexia es un trastorno del aprendizaje en el que se presenta una dificultad específica para adquirir la capacidad de lectoescritura fluida. Se le denomina específica porque no afecta otras áreas cognitivas ni al intelecto en general. Su frecuencia en la población es alta, cerca del 20%, y es una condición permanente que se maneja con estrategias individualizadas de aprendizaje. Debido a que el niño se percata de su dificultad para leer y escribir al compararse con sus compañeros, suele frustrarse y puede temer exponerse a vergüenza cuando tiene que leer en clase o en los dictados. Si el niño está en un ambiente inadecuado, donde no se conocen estos problemas del aprendizaje, la mayor exigencia que recibirá para que se nivele con sus compañeros no hará otra cosa que disminuir su autoestima.
El aprendizaje como superación de uno mismo
La educación tradicional premiaba al más destacado del grupo y enfocaba su atención a los resultados de las calificaciones más que al proceso de obtención del conocimiento. Así, un alumno que se esforzaba mucho y lograba una calificación modesta no recibía el mismo reforzamiento positivo que aquel que obtenía la mayor calificación de todas. Premiar el resultado, sin considerar el esfuerzo, es un grave error que puede confundir a los niños, pues existen diferentes factores que van a intervenir en la curva de aprendizaje, tales como la edad del niño, el grado de atención de los padres, la presencia de tutores fuera del horario de clases y las peculiaridades de cada niño, como sus niveles de atención, capacidad de control de impulsos, entre otros. Para comparar un niño con otro, se deberían estandarizar todas esas variables, lo cual es imposible.
La educación moderna considera que cada niño tiene un ritmo diferente de aprendizaje y que deben trazarse objetivos individualizados. Superarse a sí mismo es la meta principal y ser el mejor de la clase no es relevante. Esta forma de ver la docencia es especialmente acertada cuando estamos frente a niños con algún tipo de condición que afecta su aprendizaje, tal como la dislexia. Exigirle a un niño con dislexia llevar el mismo ritmo de desarrollo de la lectoescritura que un niño sin dislexia sería absurdo e infértil y solo alteraría más su desempeño. Incluso, respecto las calificaciones de áreas diferentes al lenguaje, como historia o habilidades sociales, se debería prescindir de calificar la ortografía dentro de la evaluación en dichas materias. El papel del docente en los niños con dislexia es fundamental y se hace imprescindible que se generalice el adecuado abordaje de este problema del aprendizaje en la pedagogía.
Principales síntomas de la dislexia
El niño con dislexia tiene dificultad para memorizar las letras tanto visualmente (relacionar la forma de la letra con su nombre) como fonológicamente (relacionar el signo visual con el sonido respectivo). También tienen dificultad para integrar las letras y palabras separadas en una palabra u oración y para leer sílabas inversas. Así mismo, con frecuencia presenta regresiones de lectura debido a la inseguridad que siente al leer. Todo ello disminuye la fluidez de la lectura.
Fabulación de la lectura
En estos casos, cuando el niño nota que no puede seguir leyendo, inventa lo que continúa para no quedarse atrasado.
Dificultad para comprender la lectura
El esfuerzo que hace el niño por silabear y leer, los errores de integración y las dificultades de decodificación de las palabras hacen que la comprensión de la lectura sea más complicada de lo habitual. Luego de terminar un párrafo, es posible que se haya entendido muy poco del mismo, lo que impide culminar el objetivo de la lectura.
Impacto en la escritura
La dislexia compromete también a la escritura. Se pierde la fluidez de la escritura, se cambian letras, se fragmenta mal, se producen fallas ortográficas y se produce una escritura rotada.
Impacto en la autoestima del niño
El niño con dislexia reconoce la dificultad que tiene para llevar el mismo ritmo de aprendizaje que sus compañeros y evidencia que el esfuerzo que pone por aprender no consigue mejorar significativamente su rendimiento. Esto lleva a que el niño se frustre e irrite, que pierda el gusto por las clases y que sienta vergüenza cada vez que tiene que leer en voz alta. Al mismo tiempo, el niño se entristece y se siente menos que sus compañeros. Si a esta frustración personal se le suma una inadecuada exigencia de los padres o los profesores por llevar una velocidad de aprendizaje similar a sus compañeros, entonces el resultado emocional a largo plazo podría ser muy negativo. La dislexia es una condición que puede ser superada satisfactoriamente, pero se debe cuidar la esfera emocional para que no se arrastren temores o inseguridades a largo plazo.
Cabe resaltar que la dislexia no se asocia a niveles intelectuales por debajo de la normalidad. Al contrario, muchos niños con dislexia tienen capacidad intelectual por encima del promedio y son capaces de sobresalir en muchas áreas, tanto a nivel de los estudios como, más adelante, profesionalmente.
Manejo de la dislexia
En la dislexia el abordaje es fundamentalmente psicopedagógico, sin embargo, es importante resaltar su enfoque multidisciplinario, sobre todo en el diagnóstico. Las pruebas de inteligencia siempre son normales y la esfera afectada solo es la de lectoescritura. Existen diferentes estrategias para mejorar este aprendizaje en los niños con dislexia, tales como resaltar con negrita las palabras clave, hacer grupos de palabras, entre otros, con lo que siempre se consigue superar el problema. La dislexia no tiene cura pues no es una enfermedad, sino una condición que dificulta el aprendizaje, el cual, una vez conseguido con adecuadas estrategias psicopedagógicas, es superado y la persona puede conseguir una vida plena y sobresaliente. Por ello, es fundamental proteger la autoestima del paciente, ser claro con la idea que su problema es solo específico, que no tiene un problema con su inteligencia y que, si bien requiere apoyo especial para superarse, eso no lo hace menos que los demás. Ese mensaje también debe estar presente en los docentes no especializados en este tipo de problemas, para diferenciar las calificaciones y evitar comparaciones injustas y negativas para la autoestima del estudiante.
Conclusiones para el paciente:
1. La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de la lectoescritura que no compromete otras áreas del aprendizaje ni al intelecto en general.
2. Las personas con dislexia tienen un coeficiente intelectual normal.
3. Las dificultades de aprendizaje deben ser abordadas precozmente con manejo psicopedagógico para evitar retrasos significativos.
4. Es muy importante cuidar el autoestima del niño con dislexia, pues es conciente de su dificultad y se siente frustrado. Si no se cuida su autoestima entonces podría arrastrar hasta la edad adulta un sentimiento de minusvalía.
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